En un acto realizado el 11 de marzo en el Centro Cultural Metropolitano se presentó la campaña “Quiero andar tranquila, Calles sin acoso” ante más de 200 personas. El objetivo es crear la conciencia ciudadana de que el acoso sexual que viven diariamente niñas y mujeres en los espacios públicos de Quito no es natural y es un hecho de discriminación inadmisible que atenta contra los derechos de las mujeres.

La campaña es el resultado de un esfuerzo conjunto entre el concejal Norman Wray, presidente de la Comisión de Equidad Social y Género, la Secretaría de Inclusión Social y la de Seguridad y Gobernabilidad, bajo el concepto de que crear una ciudad segura para niñas y mujeres es crear una ciudad segura para todos.

Para Norman Wray, esta es una propuesta que apela al sentido de solidaridad con las mujeres que diariamente se ven expuestas a abusos como piropos mal entendidos y toqueteos en las calles, plazas y en el transporte público de la ciudad: “Estamos seguros de que trabajar en derechos y sensibilización es importante, queremos decir que en Quito debe construirse una cultura de convivencia y de respeto absoluto hacia la integridad de la mujer, al hacerlo demostramos respeto hacia nosotros mismos como hombres”, dijo Norman.

Por su parte el Alcalde Augusto Barrera indicó que esta campaña tiene todo su reconocimiento y apoyo: “No puede ser que nuestras hermanas, hijas, esposa o amigas caminen con miedo por las calles de Quito o se suban con susto a un bus, este es un problema de convivencia, tiene que ver con como construimos las relaciones, cero tolerancia a actitudes agresivas, vamos a impulsar esta campaña para que todos los espacios públicos y privados sean seguros”.

Además el acoso sexual no afecta a hombres y mujeres por igual, es una forma de discriminación que da cuenta de las relaciones desiguales entre hombres y mujeres.

No existen al momento datos estadísticos que muestren el alcance real de la  violencia sexual en los espacios públicos de la ciudad. Esto se debe a que no se encuentra claramente tipificada en la normativa vigente y a que no existe la conciencia de que estos comportamientos son efectivamente violencia.

Sin embargo, se ha determinado que uno de los lugares donde existe mayor frecuencia de acoso sexual hacia las mujeres es el transporte público: Una encuesta realizada en el sistema de Trolebús evidencia que el 44% de las personas que usan el transporte ha sufrido algún tipo de acoso. Si se toma en cuenta que 51% de los usuarios son mujeres, eso significa que apenas un 6% de las mujeres que utilizan el Trolebús está libre de acosos.

Es por esto que el Municipio de Quito trabajará en cinco estrategias:

1. Campaña de prevención y atención de violencia sexual en el espacio público y específicamente en el Trolebús.
2. Implementación de procesos de sensibilización y capacitación continua a funcionarios y funcionarias que trabajan en este servicio, y a estudiantes de colegios.
3. Desarrollo e implementación de un protocolo de atención para que los funcionarios públicos sepan cómo responder ante una situación de violencia. Inicialmente se aplicará en el Trolebús y, progresivamente, en la Ecovía y Corredor Sur-Oriental.
4. Investigación sobre la situación de la violencia sexual en el sistema de transporte público en coordinación con el proyecto Ciudades Seguras.
5. Implementación del Plan de Seguridad en el transporte público.

Conjuntamente, se ha tomado como uno de los ejes principales el fortalecimiento de la intervención de los Centros de Equidad y Justicia (CEJ), a través de la generación de dos convenios con el Consejo de la Judicatura y la Defensoría Pública para desconcentrar territorialmente la labor de los Juzgados de la Niñez y Adolescencia en las administraciones zonales. Así aquellas personas que no puedan pagar un abogado contarán con un defensor en cada uno de los CEJ.